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domingo, 5 de mayo de 2024

"Ahora", una nueva visión del flamenco de autor

Desde que a mediados de los años sesenta, el maestro Sabicas nos regalara el que es probablemente el primer trabajo fonográfico de flamenco fusión, “Rock Encounter”, han sido muchos los derroteros por los que se ha ido nutriendo la música tradicional de Andalucía. La psicodelia de Smash o Triana, el blues salvaje de Pata Negra, la elegancia de Ketama, la nostalgia melódica de Ray Heredia… Y aquí volvemos al eterno duelo entre los que solo conciben la pureza en los platos tradicionales, o los que beben también de algunos “herejes” que se atreven a romper el libro sagrado, escribiendo en él sus propios versículos apócrifos.

Eso sin olvidar que precisamente uno de esos “herejes”, que ha revolucionado este género hasta pincelarlo a los cánones que hoy conocemos, es el propio Paco de Lucia. No solo en las armonías, sino también en la instrumentación del mismo, incorporando a finales de los setenta el cajón peruano, que hoy es piedra angular en cualquier tablao.

Por eso, y dejando antemano que no soy ningún entendido en la materia, aunque aun así me permita expresar esta humilde opinión y crítica sobre el disco del que hablaré a continuación, soy consciente de la importancia de velar por las raíces, pero tampoco creo que sea sano para el arte, aferrarse a cerrar las puertas de la innovación, cuando puede ser la vía para que esta música siga creciendo y haciéndose cada vez más universal.

Paco Cruzado

Guiado por esta reflexión entró de lleno en “Ahora”, el disco que acaban de publicar “Carmen Molina” al cante, con la música de “Paco Cruzado”, y “Sebastián Pérez” a las letras y música también. Porque luego de haberlo degustado entero por fin, tras superar un bucle temporal que no me dejaba avanzar de las tres primeras joyas del álbum, me atrevería a decir que se trata de uno de esos trabajos atípicos donde podrían encontrarse cómodos, tanto puritanos como “herejes”. Un reivindicación plena del flamenco de autor, con aires frescos e innovadores pero sin mermar por ello el pie fijo en la raiz. Teniendo en cuenta las tablas, arte, conocimiento y experiencia de sus protagonistas, era dificil pensar lo contrario, aunque aun así sorprende la solvencia con la que fluye una música que suena distinta y a algo de toda la vida a la vez.


Sebastián Pérez
El álbum comienza con la canción que da titulo al mismo, un caramelo que endulza las boca desde que suena el sutil arpegio de Paco, para dar paso a la voz frágil y poderosa a la vez, de Carmen Molina, que encaja en la canción como un guante, donde describe sus vivencias en este mundo, en el que debutó desde muy joven con un enorme éxito en los concursos y tablaos flamencos, pero que hasta "ahora" y gracias "los astros que se alinean" en este trabajo, siente que llega su momento.

Carmen Molina

La canción se diluye con un eterno quejio que da la sensación de detener el tiempo, y que nos deja con la miel en los labios por la brevedad del tema, donde no se repite la estructura cuando lo más fácil hubiera sido abusar un poco más de la efectiva fórmula. Pero esa es parte de la grandeza de la composición. Bastan solo dos minutos para servir una sobrodosis de nostalgia armónica, que definen y dan sabor al alma e identidad de todo el álbum. 

Y en este climax nos adentramos en el primer single, "vacilando al que dirán", unas alegrias frescas y reinvindicativas, que nos enseñan a dejar las ataduras de la apariencia, para desnudarnos y descubrirnos a nosotros mismos. La música sigue con esa estela melódica que se hace rápidamente al oido, pero sin menguar profundidad, donde la voz de Carmen y la guitarra de Paco pasan de la simbiosis a ser prácticamente un mismo elemento.


Y llego a la canción que más me ha sorprendido, "¿Donde se va el amor?" Unos fandangos de Huelva que se desprenden con descaro de las ataduras métricas para reinventarse, y aportar una nueva visión del mismo. Todo ello envuelto en un estribillo ecléctico que hace que los dos fandangos pasen a ser solo una de las pinceladas de la composición, dando lugar a un collage de sensaciones y matices variados, que se intensifican en el final, en el que el flamenco es ya un invitado más en una fiesta de fusiones, y donde la voz de Carmen se mimetiza nuevamente para adaptarse con elegancia a las bellas armonias finales. A la guitarra de Paco se le suma el sinte de otro nombre que está revolucionando el flamenco, Juan Pérez, que parece pasar desapercibido a pesar de crear la atmosfera para que todo fluya.

Juan Pérez

Pasamos a una de las canciones más profundas y desgarradoras del disco, tal y como su nombre puede hacer intuir, "alzheimer". Y más si se cuenta con el mismísimo Dorantes. que convierte las notas de piano en lágrimas desde el comienzo, acompañado del contrabajo por Pablo Baez. Elementos suficientes para que Carmen derrame su sensibilidad en cada nota que la acompaña.

Dorantes

"Tiendo mi mano" es la quinta pieza que se muestra, ahora en forma de buleria. Aunque como todo en este disco, no son unas bulerias comunes. La guitarra de Paco Cruzado y el sinte de Juan Pérez vuelven colorearse de simbiosis, junto con la exquisita groove que conforman Pablo Baez al bajo y la percusión de Agustin Diassera. La letra de Sebastian nos describe la crudeza de una historia de desamor, pero que es también un mensaje de la valentia para seguir adelante, buscando esa puerta que solo se abre cuando otra se cierra. Carmen saca todo el flamenco de su sangre para dibujar unas bulerias especiales, cuyo estribillo hace volar mariposas en el estómago.

Agustín Diassera

En "el mundo hoy no se acaba" se sondea el flamenco más puro, con estilos derivados del fandango, como son la malagueña y los cantes abandolaos, donde la guitara de Paco vuelve a sacar la riqueza y complejidad de sus melodias, en un perfecto dialogo frente a los quejios de Carmen.


Viajamos a través de aires de guajira con "muchas cosas simples", que es otro tema a destacar tanto por la profundidad de su música, que atrapa nada más sonar, como por las letras con la que Sebastián se despoja de toda prenda para mostrar la intimidad de su alma. Una nueva pincelada a las diversas sensaciones que conforman el lienzo de este disco, en el que los creadores ceden su turno, para que lo finalice un maestro de maestros flamencos, como es Manolo Sanlucar.

Manolo Sanlucar

"La canción de Andalucia" es el broche final en forma de eterno legado, con el que Manolo dejó sellado una vez más, su amor por esta comunidad autónoma. La orquesta clásica de Huelva acentua la solemnidad de esta pieza, en la que Carmen Molina canta aun con más significado y sentimiento, este regalo en forma de partirura, de manos de un guitarrista y compositur único.

No podia existir mejor final para culminar esta obra, en la que como única pega pondria la brevedad de la misma, o quizás es que, como todo lo bueno, se hace corto. Sin duda, un trabajo recomendable, no solo a los amantes del flamenco, sino a los que saben encontrar la verdad y la pureza, independientemente de como se muestre. 

Supone también el primer gran trabajo de Carmen Molina, la niña prodigio de "La Orden", donde comenzó con un record de concursos ganados en su peña flamenca, y que ha compartido tablaos a lo largo del pais, con algunas de las figuras más relevantes de este arte. Además de hacer valer aun más el binomio Paco Cruzado / Sebastián Pérez, que aportan una nueva visión de este género, con sumo respeto por su pasado pero con la mirada puesta en el "Ahora".


El concierto de presentación tendrá lugar el próximo 30 de mayo, dentro del IX Festival flamenco ciudad de Huelva. Las entradas, y el disco en formato físico se pueden adquirir desde el siguiente enlace:

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