No obstante, el inconformismo y la búsqueda de nuevas experiencias le lleva a dejar Andalucía para probar suerte en la capital, donde llega a ser coordinadora en “Está pasando” con Inés Ballester, y “120 minutos” con María Rey.
¿Cómo es tu día a día en el programa de Cuatro al día?
En Cuatro al Día soy la encargada de coordinar los invitados
del programa, colaboradores y cerrar las entrevistas con los políticos que
estén de actualidad. Mi día a día comienza conociendo y analizando la
actualidad, leer la prensa mientras escucho la radio, valorar cuáles son las
entrevistas del día, los políticos a los que hay que preguntar y que tienen que
hablar, y lograr que esas personas formen parte de nuestro programa esa tarde.
Todo tiene que hacerse con mucha rapidez, es lo que
caracteriza a un programa diario y de actualidad. Son cosas que se tienen que
gestar desde muy temprano y teniendo en cuenta que otros formatos y programas
están buscando lo mismo que tú, y eres tú quien tiene que conseguirlo.
Es satisfactorio cuando lo consigues, y cuando además le das voz a mucha gente anónima que necesita que su historia sea contada
¿Quiénes son los políticos con los que más sueles contactar
y que peculiaridades de algunos de ellos te atreverías a destacar públicamente?
Prácticamente con todos los políticos de este país. Hablamos de un programa de ámbito nacional, los políticos son noticia cada día, ya sean del norte, del sur o del pueblo más perdido de España. Es un trabajo diario que implica constancia, confianza mutua y paciencia. Hay muchos de ellos con los que tengo buena relación y he de decir que sorprenden mucho cuando se genera esa confianza de la que hablo.
La política pasa por un momento de baja estima en la ciudadanía, y dan la sensación de dedicar más tiempo a criticarse entre sí que en buscar objetivos comunes que beneficien a los españoles.
¿Qué importancia
tienen los medios de comunicación en esta situación, y como piensas que podría
mitigarse?
Debo aclarar que contesto esta pregunta desde el sesgo más
personal, sin relación alguna con lo profesional. Pienso que la política ha
perdido perspectiva, que se aleja de la realidad que cada día vivimos los
ciudadanos y que lamentablemente no se ponen los mismos esfuerzos en solucionar
problemas reales que cuando se trata de dejar mal al contrincante. Somos una
sociedad plural y diversa, que tenemos que ponernos de acuerdo cada día, desde
la más mínima decisión. Nuestros políticos son un reflejo de nuestra sociedad y
deben hacer lo mismo, pero está claro, que algo está fallando. Hay un proverbio
africano con el que me identifico mucho referente a la política actual ´cuando dos elefantes luchan, es la hierba
la que sufre` Creo que sobra decir, quienes somos esa hierba.
Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en
esta sociedad, porque son los que nos informan, nos hacen pensar, y es la
ventana que tenemos al mundo, eso sí, sesgada. Estamos escuchando, leyendo o
viendo siempre la información a través de alguien que tiene su impronta, cada
uno, debemos tener la nuestra.
Desde mi punto de vista, en la actualidad, el sistema
democrático se ha consolidado como la forma de gobierno más justa o, por lo
menos, la menos mala. Pero esto no implica, al menos para mí, que incluso en
las democracias más bien consideradas, lo que se está aplicando no es
democracia real, sino una aproximación fallida.
Y lo resumo en algo muy simple: un sistema de gobierno donde
el pueblo tenga voz y voto de forma permanente es para mí una democracia real.
A efectos prácticos, en la democracia actual, las competencias del pueblo se
limitan prácticamente a una sola cosa: votar cada equis años a los políticos
que van a gobernar. Pasadas las elecciones, el pueblo ya no tiene ni voz, ni
voto. Lo único que podemos hacer en caso de que haya desacuerdos, abusos o
promesas incumplidas, es recoger firmas, manifestarnos….iniciativas que, salvo
rara ocasión, suelen pasar al olvido sin generar ningún tipo de modificación
legislativa seria.
Para mí, en una democracia real, cada individuo debería
poder participar, proponer y votar de forma regular las diferentes propuestas
que los dirigentes y expertos se encarguen de elaborar. El ciudadano debería
convertirse en un elemento activo en las decisiones políticas.
Nada más acabar tu carrera de periodismo haces las prácticas
en la Cadena Ser en Huelva, y en Giralda TV (Sevilla). ¿Cómo fue esa primera
toma de contacto con tu profesión, y que fue aquello que aprendiste de esta
etapa que no viste en los libros?
La primera toma de contacto con la profesión fue dura porque
te das de bruces con la realidad. Tuve la sensación de que no sabía nada y que
todo lo que había aprendido estaba muy lejos de lo que tenía por delante. Lo
asemejo al carnet de conducir, que te preparan para aprobar, te sabes las
reglas del juego, pero cuando estás sola frente al volante en una carretera te
das cuenta de que falta práctica.
He tenido la suerte de tener muy buenos compañeros que tuvieron paciencia, y
de los que aprendí mucho. Me enseñaron que todos debemos tener la oportunidad
de aprender y lo que hoy en día se de la profesión, lo se a base de equivocarme
y aprender de esos errores.
Para mi esa etapa fue maravillosa por una sencilla razón, porque me dio la oportunidad de conocer muy bien mi tierra, Andalucía. Mi base estaba en Sevilla, pero cada semana estaba en un pueblo de Andalucía conociendo su idiosincrasia, sus costumbres, sus historias, su gente. Han sido programas en los que he aprendido de todas las personas a las que he podido entrevistar, que me han enseñado su forma de vida, me han contado su historia, me he emocionado con ellos, he reído, me han nutrido…y creo que ha sido lo que más me ha enriquecido. Cuando me preguntan, siempre pongo el mismo ejemplo, tanto he caminado por los pueblos de Andalucía conociendo su forma de vivir, que hoy en día lo mismo te puedo hacer un canasto de mimbre, ordeñar una cabra o preparar la receta más típica de ese lugar.
Dejaste los programas mencionados y te convertiste en la subdirectora de “Andalucía de fiesta”, dando visibilidad a Calañas en algunas de las emisiones. ¿Cómo fueron ambas grabaciones en tu pueblo natal?
Creo que todos los calañeses aportan su grano de arena a
enriquecer esta tierra, cada uno como puede o en base a lo que hace; desde el
que emprende un negocio, el que gobierna o aporta ideas para la mejora del
municipio, el que barre la calle o el que vive cada día aquí. La posibilidad
que he tenido a la hora de engrandecer mi pueblo ha sido darle visibilidad en
la medida de lo posible y la puesta en valor por tanto de su patrimonio. No sé
si lo hice bien, al gusto de todos no llueve nunca, pero la mejor de las
intenciones le puse, y creo que el pueblo siempre respondió.
¿Redactora o subdirectora, con que te quedas?
Pues parto de la base de que estoy enamorada de mi profesión. Es muy amplia y tiene muchas aristas en las que poder trabajar y en cualquiera de ella lo he disfrutado. En mi etapa como redactora me ha gustado mucho el trato con la gente, porque creo que de cada persona con la que hablas y entrevistas y te interesas por conocer se queda algo dentro de ti, el trabajo de campo y estar en la calle y rascar el contenido que necesitas es muy interesante, son retos. Por otro lado la labor de subdirigir te permite organizar, crear contenido atractivo, darle forma… es una labor mucho más creativa.
Dejas Sevilla y te marchas a la capital de España para
trabajar en Telemadrid, y seguidamente llegas a Cuatro donde sigues hoy día.
¿Cómo resultó el cambio de aires, y que diferencias notaste en la manera de
trabajar con tus compañeros?
Fue complicada la decisión porque mi vida estaba en Sevilla,
estabilizada laboralmente y con una zona de confort creada de las que a todos
nos cuesta salir. Me llamaron y consideré que era un nuevo reto profesional al
que tenía que enfrentarme y lo dejé todo para empezar de nuevo. Todos los
inicios son duros, pero lo tuve fácil, buenos compañeros y amigos que he creado
en el camino. Diferencias a la hora de trabajar, pocas.
Es cierto que cuando hablamos de Madrid, hablamos del lugar donde están las oportunidades, donde hay grandes profesionales de los que cada día se aprende, pero no debemos infravalorar lo que se aprende en Andalucía, al menos en términos de comunicación, en una televisión autonómica se aprende mucho, son menos los recursos y te formas como una persona polivalente.
¿Si pudieras elegir destino sin renunciar a la calidad
laboral, donde te gustaría ejercer tu profesión?
Sin duda alguna, el sur, Andalucía. Si tuviera que ser más
específica, Tarifa. La etapa en la que me encuentro profesionalmente me tiene
vinculada a Madrid, pero no me cabe duda que mi vida está en Andalucía. El tiempo
dirá donde acabo.
¿Cuáles son los programas de la televisión en los que te
gustaría colaborar, y que puesto ejercerías en ellos sin dudarlo en caso de que
te lo ofrecieran?
Esta profesión tiene un arma de doble filo; lo cambiante que
es, un día estás en un programa, y seis meses después estás en otro. Es muy
inestable, pero para mí, es una ventaja; te permite cambiar, arrancar proyectos
que son diferentes totalmente, hacer cosas distintas en cada uno de ellos, se
aleja de la monotonía y aunque a veces te frustre esa inestabilidad, para mí es
positivo o intento verlo así.
Esto me ha permitido conocer muchas formas de hacer televisión, programas distintos…y conociendo a día de hoy lo que conozco, me declino por la actualidad, por los nervios del directo, por los retos que cada día se tienen en esta profesión. Aunque cabe decir que un programa cuidado, en el que se tenga tiempo para crear, para encontrar lo que buscamos y hacerlo bien y bonito es lo que me gustaría.
Calañas es un pueblo lleno de historia, tradiciones y
grandes recursos naturales. Si tuvieras hacer un programa nacional en Prime
Time sobre tu pueblo, ¿qué es aquello que destacarías?
Su gente, sin duda. La mayor riqueza de un pueblo es aquel
que lo hace posible. Calañas es una tierra rica en cultura, en patrimonio, en
naturaleza…tenemos la base, pero su gente engrandece aún más si cabe y es la
que hace posible, visible y especial todo aquello que se ha fusionado y que hoy
toma el nombre de Calañas.
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