Nada más obtener su diplomatura como ingeniero técnico agrícola a mediados de los 90, Juan Pérez comenzó a trabajar para explotaciones de cítricos y frutos rojos en la provincia de Huelva. Labor que sigue ejerciendo, aunque no es la única.
Desde hace años acaba su jornada laboral y comienza otra, cuya remuneración se nutre únicamente de los cheques que extiende esa cosa llamada "vocación", que por desgracia tanto escasea actualmente en muchos puestos de trabajo. Si combinamos esta virtud junto con la entrega a través de años y años de investigación, se crea esa fórmula que hace florecer grandes ideas. Y esta podría ser la que arroje luz a un problema cada vez más extendido como es la seca de las encinas.
De carácter humilde y gran corazón, practica ese ecologismo silencioso y libre de etiquetas, cuya aportación para tratar de hacer de este mundo un poco mejor, se libra más con hechos en la sombra, que con frases engalanadas. Todo un placer poder entrevistarle hoy, para saber un poco más sobre un prometedor método que acaba de patentar, además de otros factores graves que afectan directamente a nuestra tierra que es necesario tener en cuenta.
Antes de hablar sobre tu método, hay que subrayar que se dan discrepancias sobre el motivo que provoca la seca de la encina. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Muy buenas Juan José, como siempre un placer charlar contigo.
En mi opinión, la causa del decaimiento y seca de las especies del género Quercus en el suroeste de la península Ibérica es la introducción de Phytophthora cinnamomi Rands, un hongo que se desarrolla fundamentalmente en el suelo y que destruye las raíces de los árboles. Además hay una serie de factores que agravan la acción de este patógeno: estancamiento evolutivo de nuestros encinares debido a la falta de regeneración con nuevas plantas durante siglos, cambio climático, destrucción de acuíferos superficiales, pérdida y compactación del suelo por mal manejo del desbroce y sobre pastoreo, etc.
Phytophthora cinnamomi |
Sé que a pesar de que está patentado, no puedes dar mucha información sobre el método para evitar un problema que aún no ha sido abordado debidamente, pero ¿Qué aspectos podrías contarnos sobre este, y como ha resultado la investigación para dar con este hallazgo?
Ha sido un camino largo. En un principio, tras algunas
visitas a campo por todo el término municipal y documentarme sobre el tema,
organicé varios ensayos con distintos fertilizantes y algunos fármacos para
tratar de revertir el decaimiento en algunas parcelas cuyos propietarios
quisieron colaborar. Se consiguió mejorar el estado de los árboles pero solo de
forma temporal, al cabo del tiempo los árboles volvían a decaer y su fin era la
muerte.
Fue entonces cuando pensé
que la única opción era reforestar y dejar que la selección natural hiciera su
trabajo, con la esperanza de que la encina (me refiero a la especie no a un individuo concreto) poseyera algún
mecanismo de defensa contra este patógeno, afortunadamente es así.
Phytophthora cinnamomi
Rands es un hongo que se desarrolla en el suelo y capaz de causar daños en un
gran número de especies arbóreas, arbustivas e incluso herbáceas (eucalipto,
jara, altramuz…). Es originario de Indonesia y fue citado y descrito por vez
primera en Australia por un biólogo apellidado Rands (de ahí su tercer nombre),
quien observó un decaimiento similar al de nuestros encinares en los bosques australianos
de eucalipto a principios del siglo pasado.
Hay que tener en cuenta que las especies del género Quercus (encina,
alcornoque, coscoja, quejigo, roble…), y el citado patógeno, llevan miles de
años evolucionando por separado, por lo que P. cinnamomi Rands, nunca
antes había sido un factor de selección natural de estas especies. Al entrar en
contacto (por la acción del hombre en la década de los sesenta o setenta) con
nuestros encinares, el hongo está
haciendo su trabajo, eliminar a los individuos sensibles, que representan
bastante más del 90% de la arboleda original.
Y aquí fue donde surgió la idea, buscar individuos que resistieran el ataque del hongo, y con ella el desarrollo del método para la obtención de plantas del género Quercus resistentes a Phytophthora cinnamomi Rands, el cual consiste en poner en contacto en el vivero al hongo que provoca la enfermedad, con las plantas candidatas a la reforestación (encinas, alcornoques, coscojas, mestos...). Las plantas supervivientes y con buen aspecto serán plantadas en campo habiendo superado previamente la acción del principal factor de selección de nuestros montes. De este modo se optimiza el gran esfuerzo e inversión que supone la reforestación ya que en las reforestaciones convencionales el 85% aproximadamente de las plantas morirán en el futuro por la acción de este patógeno. En ningún momento del proceso se recurre a la clonación por lo que la variabilidad genética de la población de plantas que se obtiene es máxima, y con ello su resiliencia (capacidad de adaptación a cambios futuros en el ambiente incluidos los del propio patógeno).
¿Podría ser extrapolable a otras plantas?
Por supuesto, incluso a especies animales como el conejo.
Solo se trata de seleccionar el patógeno.
Después de repetir varios años la experiencia y de haber patentado la idea, ahora estoy en el estudio de las diferentes opciones para su aplicación. Lo último será la divulgación.
Trabajaste en el mundo de los cítricos y luego en el cultivo de los frutos rojos en Huelva. ¿Cómo ha sido tu
experiencia?
De mucha evolución. Las normativas de producción han
cambiado mucho en estos años, siendo cada vez más restrictivas. Sin embargo el
sector ha sabido adaptarse y mantener la
producción y la calidad de los diferentes productos, con una reducción
importante del impacto ambiental. Aún queda mucho por hacer y ahí estamos.
Posiblemente la aparición de nuevas plagas y enfermedades en
los diferentes cultivos debido a la globalización, hecho que no cesa, ahora
tenemos una nueva especie de trips que nos tiene muy preocupados, procede de
Sudáfrica y ataca tanto a cítricos como a fresas, frambuesas y arándanos.
En la pregunta anterior mencionas la conservación del medio
ambiente. En el caso del Andévalo, en mi
opinión, no es suficiente con eso. Nos encontramos por desgracia en una
situación en la que tenemos que abordar más que la conservación, la RESTAURACIÓN,
ya que los ecosistemas están muy degradados. Estamos perdiendo el bosque lo que
supone una catástrofe para un territorio, prácticamente no quedan conejos, se han
secado fuentes ancestrales, se ha
perdido gran cantidad de suelo fértil desde que se impuso el laboreo en estos
terrenos que por la pendiente y la escasa profundidad de suelo no son de labor,
se ha producido la inversión de la flora de nuestras praderas debido al
pastoreo abusivo… De todo ello trato en mis trabajos, que no se limitan al
decaimiento y seca de la encina.
Otro muy importante desde mi punto de vista es la construcción de la presa de la Alcolea. Pretenden embalsar un agua contaminada con metales pesados y con una serie de balsas aguas arriba en mal estado que de vez en cuando se rompen y agravan aún más el problema. Al hacer subir el nivel del agua por la presa, los terrenos inundados quedarán contaminados para siempre, además muchos de esos terrenos son zona de recarga de algún acuífero por lo que con el paso del tiempo el agua contaminada podría aflorar a decenas de kilómetros.
En los tiempos que corren , con protocolos y normativas cada vez
más restrictivas ese agua no se va a poder emplear ni para el riego, puesto que
contaminaría los suelos, cauces y acuíferos de las áreas regadas. Los
responsables del proyecto quieren que nos creamos que van a depurar el agua, al
principio decían que con la aplicación de carbonatos en unos rodillos
especiales precipitarían los metales pesados y que los lodos los llevarían al
vertedero de Nerva, eso supondría un coste altísimo del m3 que el agricultor no
podría pagar. Ahora dicen que con un proceso natural de auto-depuración o algo así oí el otro día por
la radio, no tiene ningún sentido. Es un proyecto fracasado antes de iniciarse,
una gran inversión tirada a la basura, pero si se lleva a cabo, el impacto
ambiental en Calañas y otros pueblos será brutal.
Presa de la Alcolea |
Otra cuestión que me preocupa es el impacto ambiental de la minería y de la agricultura intensiva. Son actividades necesarias y debemos preocuparnos todos los profesionales implicados en causar el menor daño posible al entorno. Pongo un ejemplo en el caso de la agricultura, imaginemos una parcela que se planta de cerezos en un lugar cualquiera de nuestro término. Podemos elegir entre dos modos para controlar las malas hierbas; 1-el uso de herbicidas y mantener el suelo totalmente desnudo ó 2-la colocación de una simple malla antihierba en las líneas de cultivo (que se paga en 6 años con el ahorro en agua y en herbicidas y dura muchos más) y la instalación de una cubierta vegetal en las calles (que se mantiene de un modo más económico que el uso de herbicidas).
Eligiendo el segundo supuesto se impediría la erosión del
suelo y con ello la desertificación, y el enturbiado del agua de algún embalse que pudiera situarse aguas abajo
de la hipotética parcela de cultivo. Además en la cubierta vegetal se instalan con mucha facilidad los insectos
que empleamos en el control de plagas e incluso aparecen de forma natural sin
tener que soltarlos. También tendríamos un ahorro de agua del 20% debido a la
reducción de la evaporación. Son todo beneficios, incluso más económico, por lo
que no hay excusa para no hacerlo.
Sin embargo y por desgracia en una zona deprimida como la nuestra, pocas personas hablarán de ecologismo cuando hay empleo. ¿Cómo piensas que puede revertirse un modelo de vida que nos tiene enganchados, aunque sea insostenible?
Tengo que decir que yo creo en un ecologismo basado en la
ecología y no en los ideales, y sí, participaría en la creación. Pienso que en
todos los pueblos debe haberla. Una asociación fuerte con la participación de gente
formada y con cierto criterio técnico puede disuadir a quien tenga la intención
de llevar a cabo un destrozo. Además en contacto con asociaciones de otros
pueblos o incluso de otras comarcas.
Magnífica labor la de este hombre
ResponderEliminarA finales del año pasado se constituyó la Plataforma por el Monte andaluz que tiene varios objetivos coincidentes con lo que dice Juan, la lucha contra el decaimiento de encinas y alcornoques, la restauración forestal, la revalorizacion del mundo del corcho y otros recursos...
Enhorabuena por tu conocimiento del medio natural tanto de Calañascomo del Andévalo y si quieres conectar con nosotros encantados de hablar contigo e intercambiar opiniones
La verdad es que es interesante pero no es un descubrimiento nuevo.
ResponderEliminarDesde hace muchos años el departamento de Ciencias Agroforestales de la universidad de Huelva viene investigando sobre este tema.
Concretamente, Isabel León Sánchez hizo su tesis doctoral sobre el tema de la seleccion de individuos de encina y alcornoque residentes a Phytoftora cinnamomi.
Aquí podéis ver la tesis doctoral :
http://rabida.uhu.es/dspace/handle/10272/6460
Hola, he leido este artículo con mucho interés! De hecho tengo la idea de ayudar a la reforestación con una iniciativa local, vivo en la aldea de Facinas, al lado del parque natural de Los Alcornocales. Me encantaría si me podrían facilitar el contacto con Juan Perez. Muchas gracias!
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