Bocas de la mina Santa Marina y el túnel |
Por Cristóbal Llanes Baquero
El inicio de la actividad minera del manganeso en la provincia de Huelva según Joaquín Gonzalo y Tarín, tuvo lugar en el año 1858, sobre dos minas del término municipal de Villanueva de los Castillejos, continuando después con otras explotaciones en el mismo término y en el de Puebla de Guzmán.
El primer registro minero de manganeso data del 28 de febrero de 1859, para la mina “La Virgen de Bella”, cuyo solicitante fue D. Modesto Sánchez. El último tuvo lugar el 4 de julio de 1974 para la mina “San Cristóbal”, solicitado por D. Pedro Ponce Ponce.
En Calañas, la minería del manganeso se inicia también en el año 1859, con una solicitud de licencia al Ayuntamiento para calicatar (técnica de prospección empleada para facilitar el reconocimiento geotécnico y otros de un terreno) en una mina denunciada (abandonada) y situada en "La Peña del Moro" (se encuentra en la Vereda de Los Milanos).
En el mes de abril del año 1873, se reciben en el Ayuntamiento de Calañas varias quejas de vecinos por los trabajos y laboreo de reconocimiento que estaban llevando a cabo Juan Manuel Llanes y Justo Garrido Moniz en la "Mina Puerto Rico" (mina registrada con el número 03000 y cuya explotación comenzó el 1/2/1873 y terminó el 17/1/1878).
Ésta mina estaba enclavada según el registro en el centro del pueblo de Calañas, teniendo el punto de partida en el pozo de la calle de Juan Manuel Llanes, abarcando sobre todo la Iglesia y la Casa del Ayuntamiento y casi todo el pueblo. Los trabajos comienzan en el cortinal contiguo, tras el corral de la Escuela Pública y justo en la calle Cañada Chica, dirección a la casa de Alonso Vélez Estévez, por lo que hubo de atravesar la calleja de uso público, lo que provocó la protesta de los vecinos.
El ayuntamiento acuerda en sesión celebrada el 12 de abril de ese año suspender los trabajos en dicha mina, así como el registro del terreno dando cuenta al Gobernador de la provincia, quien a los siete días ordena al Ayuntamiento no suspender los trabajos citados. El Ayuntamiento se mantiene firme y desafiando a la autoridad provincial decide unánimemente no dar cumplimiento a dicha orden, dado los perjuicios que ocasionaba a la población, contestando al Gobernador en esos términos. En el mes de septiembre y ante una nueva Corporación, el Gobernador vuelve a reiterar se autoricen los trabajos en la mina Puerto Rico, pero el nuevo Ayuntamiento decide seguir con la paralización de la misma. En la Sesión celebrada el 22 de noviembre de 1873, el Concejal Síndico expone que según el Boletín 66, la demarcación debía llevarse a cabo por el ingeniero Don Joaquín Gonzalo Tarín en uno de los días 12 al 19 de ese mes.
Plano Plaza de Coronada Años 50 (realizado por Javier Casto Romero) |
Días más tarde la Corporación vuelve a dirigirse a Gobernación exponiendo que no podrá llevarse a cabo la explotación de la mina por los trastornos y perturbaciones que se originan al vecindario y pidiendo se declare nula la demarcación del Sr. Tarín. El 29 de diciembre de 1873 se emite por el Gobierno Provincial una orden desestimando la propuesta del Ayuntamiento. El 3 de enero de 1874, por unanimidad, la Corporación decide dirigirse al Ministro del ramo con una exposición detallada de todos los antecedentes relativos a la concesión minera. Aquí terminan las noticias relativas a éste caso en el siglo XIX. En el mes de noviembre de 1936, con motivo de la alineación de la Calle Murillo (antes Puerto de Aspa), aparece un denuncio minero en pleno centro del pueblo y a pocos metros de la Iglesia (sabemos que nuestra Iglesia está construida sobre un promontorio de mineral con un afloramiento de manganeso y que parte de las piedras utilizadas en sus muros y torre salieron del desnivel del terreno).
Con éstos datos, la Corporación Municipal acuerda por unanimidad facultar al Sr. Alcalde para que se pudiera obtener el título de propiedad minera. Se crea una Sociedad Gestora que represente al Ayuntamiento y en su nombre Don Alfonso Morales Rellán realiza la inscripción en el Consejo Regulador de Minerales con la Signatura 07933/019 Municipio Calañas con el nombre de Santa Marina Mineral Manganeso el día 4/12/1936 con número de expediente 12886, siendo Alcalde Don José Caro Santos.
Esta tomaba como punto de partida la esquina Este de la Iglesia Parroquial, se miden 25 metros en dirección Norte y se coloca la primera estaca. De ésta manera se miden 200 metros en dirección Este y se coloca la segunda estaca. De la misma forma, 100 metros en dirección Sur colocando la tercera estaca y de ésta en dirección Oeste se midieron 400 metros colocando la cuarta estaca y de ésta en dirección Norte se miden 200 metros llegando al punto de partida y cerrando el perímetro de las cuatro hectáreas solicitadas. El 23 de marzo de 1937 llega a Calañas un ingeniero del Cuerpo Nacional de Minas acompañado de un ayudante para efectuar la demarcación del Registro minero Santa Marina, informando al Sr. Alcalde Don José Caro Santos de la improcedencia de efectuar labores mineras en dicho registro a menor distancia referente a calles y edificios que la que marca el Artº 5º de Reglamento de 16 de junio de 1909 para régimen de la minería, sin obtener el permiso del Gobernador.
La Corporación solicita la autorización al Gobernador y nombra encargado de los trabajos al capataz facultativo de minas Don Luis Albelda a la que le contestan el 23 de abril de 1937 por la Comisión de Industria, Comercio y Abastos, de la Junta del Estado Español, imponiendo unas condiciones especiales que resumidas serían que el concesionario debía respetar con sus labores un macizo protector a partir de la superficie, presentar un proyecto de labores y rellenar las partes excavadas en la forma que determinase la Jefatura. El Ayuntamiento ante el gran paro obrero que padecía el pueblo decide aceptar las condiciones especiales y ordena a su agente en Huelva Don Agustín Jiménez presentar en el Gobierno Civil el papel de pago al Estado para el título de propiedad del indicado registro minero.
En el mes de julio de 1937, se realiza una visita a la mina para informar sobre el proyecto de construcción de un polvorín para cubrir las necesidades de la misma. Se haría el polvorín, ya que en el mes de agosto del mismo año se recibe una visita al polvorín instalado para informar de su funcionamiento destinado a almacenar los explosivos necesarios. Pronto llegan los problemas para la mina: la escasa ley de los minerales, el coste de su producción, el bajo valor en la época, el coste del transporte hasta la estación de ferrocarril y sobre todo los perjuicios producidos a los propietarios de las fincas urbanas que obligaban al Ayuntamiento a indemnizarlos y el gran coste de los rellenos. Todo ello hace que la Corporación el 17 de junio de 1938 solicite al técnico director de la mina que emita un informe técnico y económico dado el déficit existente, decidiendo que ese mismo mes cesen los trabajos de explotación basándose en las dificultades económicas por las que atravesaba el Ayuntamiento.
El personal es colocado en la mina de La Torerera y en el mes de agosto se rellenan los huecos excavados. A finales de 1941 y a instancias del Gobernador se ordena poner en funcionamiento de nuevo la mina Santa Marina para incrementar la producción nacional de manganeso, se vuelve a realizar un plan de labores por el facultativo Don Javier Forte Rico, natural de El Cerro de Andévalo. El 29 de enero de 1942 es examinado ese plan y es aprobado por el ingeniero de la Jefatura de Minas Don José Areba Solsona, autorizando la explotación de la mina en las mismas condiciones anteriores, para lo que se nombraría una Comisión que gestionaría los trabajos.
En el año 1942 se recibe otra visita para intentar la rehabilitación del polvorín (Datos del Ministerio de Industria. Actividades Mineras. Expedientes de polvorines).
La primera partida de mineral que salió de ésta explotación minera fueron 100 toneladas y fueron vendidas al Cónsul de Bélgica en Sevilla, Don Camilo Perreau. La explotación de ésta mina duró hasta el año 1945 (acuerdo de Pleno de 14 de septiembre), aunque su propiedad se mantuvo hasta finales de 1954, llegando a tener un gran volumen de venta de mineral, sobre todo en la última etapa de su explotación, de 325.054 pesetas.
En la sesión de Pleno del Ayuntamiento celebrada el 14 de septiembre de 1945 se anuncia la terminación definitiva de la explotación de la mina Santa Marina, practicando la liquidación general de las operaciones realizadas.
Siempre se ha dicho que la mayor masa de mineral se encuentra ubicada debajo del Altar Mayor de la Iglesia.
Una vez había finalizado la explotación, quedaron al descubierto las bocas de mina, lugares que, según narraciones de los que eran niños en la época y residentes en esa zona del pueblo, utilizaban para jugar y esconderse. Éstas bocas de minas estaban una delante del local donde estaba ubicada la Papelería La Golondrina y la otra, que se comunicaba bajo tierra por un túnel, en la primera de las casas (Casa de la familia Vargas) que había antes de la remodelación de la Plaza.
Boca de la mina Cosas de Calañas |
Decir que la mayoría del trabajo anterior fue publicado por Don Sebastián Rodríguez Rodríguez en un artículo de la Revista de Feria de 1996. Gracias Sebastián.
ResponderEliminarY el pozo q había antes de llegar al Edifio del Mercado, Q se cerró para hacer la plaza de la Virgen, que estaba tapado con raíles de vía, yo tiraba piedras para escuchar el ruido en el agua, q estaba muy profunda.
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