Por Ramón Llanes Dominguez
(Dedicado a Calañas)
Este tren no solo pasa una vez, llega siempre,
la ermita se queda a esperar año tras año,
los hombres saben de plegarias,
la misión nunca está cansada,
el tiempo va marcando las sonrisas,
el río determina el transcurrir de la esperanza,
la música es un todo que se escribe en el aire,
los seises simbolizan la armonía,
las campanillas del paso llaman a convivencia,
la Madre se preocupa por las tristezas de los suyos,
hay un presagio de verdad que mueve los sentidos,
el postero tiene nombre calañés,
la yegua ha parido un potrillo nuevo,
las campanas anuncian alegrías en abril,
nadie sobra en el camino,
las mujeres andan con más prisa,
los costaleros son el privilegio de su mundo,
el clavel tiene magia y santidad,
las calles huelen a Virgen,
los sueños empiezan y terminan en primavera,
la amistad no es compromiso,
el buen humor preside cada instante,
a Sotiel se llega con el pensamiento,
las miradas son poemas sin palabras,
las cosas están todas en su sitio,
la procesión nunca tiene final,
en la memoria también se guardan los afectos,
solo falta un momento para el abrazo,
no se hará de noche sin verla,
el alma pone su nota espiritual,
ahora se inicia el recorrido tan deseado de la vida.
No hay comentarios: