Alfonso M. S. cuando pasaba por la charca del lavadero
alrededor de las 15.00 de hoy miércoles, escuchó unos leves ladridos que no
sabia de donde procedían, tras prestar un poco de atención, se dio cuenta que los
lamentos venían del contenedor que está junto a la charca que estaba abierto.
Dentro de una bolsa cerrada herméticamente y al Sol, algo se movía, se dio
cuenta que era de dentro de esa bolsa, de donde provenían los leves
ladridos.
Rápidamente se apresuró a abrirla y tras ver a la pobre perrilla en
estado lamentable, casi muerta, la puso a la sombra y procedió a hidratarla
para que el animal se recuperase.
Contacto con la guardia civil, que intervino rapidamente y después esperó
junto a la pobre perrilla a que la protectora de animales viniese a recogerla. Hay
personas, si se pueden llamar así, que hacen barbaridades como meter a una perra
viva en una bolsa y tirarla a un contenedor para que tenga una muerte
indescriptible, pero también hay jóvenes de corazón grandísimo, como Alfonso,
que están dispuestos a ayudar a ese desgraciado animal y cambiar su destino.
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