Era 5 de Octubre y Alfonso pasó por la Charca y los lamentos
de una perrilla le llamaron la atención, en un contenedor, metida en una bolsa,
al duro Sol del medio día, un cadáver de cachorrita, sin tener muy claro como,
ladraba. Alfonso la sacó de allí y la puso a la sombra, llamó a la guardia civil que lo
atendió rápidamente y le explicó los pasos a seguir.
Dos horas Después, Alfonso se dio
cuenta, que nadie más vendría a salvar a la perrilla que agonizaba en sus pies,
la vida de la cachorra dependía únicamente de su actitud, así que sin pensarlo
la llevó al veterinario a Valverde, ya que en Calañas hay pocos medios o
ninguno para estas situaciones.
“Hacer todo lo que tengáis que hacer para
salvarla” dijo a los veterinarios.
En Don Can Valverde no entienden de clases,
ni razas perrunas, para ellos son vidas que hay que luchar por ellas y
lucharon, lucharon y pusieron todos los medios y todo el cariño para que la
cachorra se agarrara a ese débil hilo de vida que le quedaba, y como no podía
ser de otra manera, se salvó y cinco días después era dada de alta.
A este milagro se apuntaron más benditos ángeles
y Alfonso no se quedo solo, otros Calañeses le ayudaron con los gastos médicos
y para redondear la bendición divina, Gracia Mari la adopto y le puso de nombre
TINA.
La cachorrita Tina, ahora tiene una familia que le dará cariño, que la respetará y la
cuidará como a uno más de la casa. Tina pasó del infierno a la gloria, porque
cuando su vida se desvanecía en un contenedor de basura, un ángel pasó por allí
y le concedió un deseo ¡vivir!
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