José María Ortega,
como te gustaría esto amigo, no por los paisajes que por supuesto son
increíbles, sino por el despertador, el silencio de las mañanas, la fruta, la
luz de las linternas, las flechas que nos guían, los amigos, las amigas, las
heridas, los km, el ruido que hace el andar, el silencio que rompen los
bastones, tu ruido interior, las cruces, los cafés, la lluvia, la humanidad de
las personas...mucho más allá de lo religioso, más cercano a la vida.
Y es que, quizás, las cosas no son como las vemos, sino como somos. (David López)
Y es que, quizás, las cosas no son como las vemos, sino como somos. (David López)
Mi amigo David ya tiene que estar muy cerca de Santiago. Su capacidad
de acariciar los sentimientos y su destreza con la cámara hacen que una de mis
asignaturas pendientes, se vuelva en mí, más deseada aun. Se fue a buscar algo
nuevo, y se está encontrando así mismo.
Ese dar vueltas a la cabeza, que todos dedicamos a nosotros
mismos antes dormir, lo veo derramándose por un sendero, la nostalgia, la
soledad, la melancolía, la felicidad, sentirse vivo, sentirse parte de la
lluvia, sentirse parte del camino veinticuatro horas al día, eso me trasladas
amigo, con tus palabras, con tus fotografías.
Tengo la sensación amigo, que cada día, todos andamos durante unos momentos, un trocito de ese camino. Un abrazo peregrino. Ese camino y yo, tenemos que
conocernos.
Este modesto artículo está dedicado a los peregrinos Calañeses
que hicieron el camino de Santiago y por supuesto a David López un gran amigo de
Valdelamusa.
(fotos David López)
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