Por Marina Mora
¿Quiénes son los refugiados? Testimonio de Alaa, refugiado palestino.
En este mes, he tenido la magnífica oportunidad de convivir con algunos refugiados sirios y palestinos que se encuentran en Sevilla en condición de asilo. He podido darles clases de español: algunos para comenzar sus estudios en la universidad y otros para buscar trabajo. He de decir que ha sido la experiencia más gratificante de mi vida. Me he encontrado con unas personas maravillosas, agradecidas en todo momento por la pequeña ayuda que les podemos brindar y entusiastas por encontrar un futuro mejor en España, mientras que la guerra sigue en su país.
De izquierda a derecha: Ammar, Carmen, Alaa, Marina y Mohammed
En estos momentos estamos presenciando una de las mayores crisis humanitarias jamás vistas. Miles de personas escapan de la guerra en su país para adentrarse a un camino largo para buscar la estabilidad, la libertad y la paz, donde también les espera la muerte. Arriesgan su vida diariamente buscando asilo en algún país que pueda/quiera dárselo y haciendo miles de kilómetros de allá para acá sin encontrar nada.
Os quiero mostrar de alguna manera la realidad de un refugiado, cómo es su historia y todas las vivencias que han experimentado. Por ello, os dejo una entrevista con Alaa, un refugiado palestino que ha sido alumno mío.
¿Quién eres?
Mi nombre es Alaa Abuiteiwi, soy un refugiado palestino y vengo de Gaza. Mis abuelos eran de la zona del Desierto de Naqab en Baer El Shabat. Nací en 1990 en un pequeño campo de refugiados. Crecí bajo la ocupación y tengo muchas experiencias vividas con la ocupación israelí. Cuando tenía 12 años, la armada de Israel invadió nuestro campo; yo era el mayor de mis hermanos y los soldados israelíes entraron en nuestra casa, la destrozaron y me usaron como escudo humano. Esta fue mi primera experiencia con la ocupación y, en realidad, no les tenía miedo, pero me sentía enfadado.
En los últimos cinco años, he sido testigo de tres guerras (2008, 2012 y 2014). En realidad, no se pueden considerar guerras porque son unilaterales.
En 2008, la armada israelí invadió la mayoría de las zonas de la Franja de Gaza y asesinaron a más de 1400 personas, la mayoría de ellos eran niños y mujeres. Los soldados israelíes declararon que su blanco eran los miembros de la resistencia palestina pero, de hecho, los soldados palestinos fueron los asesinados.
En 2012, estaba en la universidad haciendo exámenes del primer cuatrimestre y los israelíes comenzaron a lanzar ataques aéreos a todas las instituciones gubernamentales y educativas, incluidos muchos edificios de los ministerios, de las universidades y de los centros de educación. Todos los estudiantes de la universidad comenzaron a huir sin saber adónde ir.
En 2014, nos encontrábamos en otra parte de la Franja de Gaza porque mi familia se mudó a una zona lejana a los ataques y compraron una casa cerca de la playa; era una casa grande, así que nuestros familiares que vivían cerca de la zona de ataques huyeron y vinieron a nuestra casa. En nuestra casa vivían alrededor de 45 personas y decidimos separar a las mujeres y a los niños de los chicos para que se sintieran cómodos.
Esta última fue una guerra muy difícil porque duró 56 días y no había demasiados recursos para vivir: no había mucha agua, no teníamos electricidad ni internet, además no había telecomunicaciones. Mi familia tuvo mucha suerte porque teníamos un pequeño generador, así que cada dos o tres días lo encendíamos y podíamos ver las noticias. Además, también disponíamos de un pozo de agua, por lo que no sufrimos tanto como las demás familias. Pero fue muy difícil porque teníamos que ir a comprar comida en medio de la guerra. Fue verdaderamente difícil ya que teníamos dinero para comprar las cosas necesarias pero no teníamos los materiales para vivir. No estábamos preparados para esta guerra.
Una de las familias que se encontraba en nuestra casa era mi hermana y su marido. Después de la guerra, vimos que su casa estaba destrozada y completamente demolida, por lo que tuvieron que quedarse a vivir con nosotros unos tres meses más hasta que encontraran un piso. Y una de las cosas que nunca olvidaré de esta guerra es que los israelíes realizaron un ataque aéreo a una familia que vivía cerca de nuestra casa. Esta familia vivía en una tienda de campaña; mataron a la mujer y al niño; al hombre lo dejaron gravemente herido.
¿Por qué tuviste que abandonar tu país? ¿Por qué no puedes volver?
Como palestino, no disfruto de los mismos derechos humanos que todos los demás. Decidí abandonar mi país porque quería seguir mis estudios y buscar mi futuro. Ya que tengo una experiencia dura, después de terminar mis estudios en el instituto, comencé un voluntariado en muchas asociaciones y en la universidad era el representante de los estudiantes del departamento de ingeniería informática, por lo que estaba invitado a muchas conferencias (alrededor de seis conferencias antes de abandonar Gaza). Para asistir a estas conferencias, tenía el visado y todos los documentos necesarios para viajar al extranjero; sin embargo, no podía emprender mi viaje debido a que las fronteras en Gaza estaban cerradas. Y esto me frustró muchísimo.
En octubre de 2015, estaba invitado a ser parte de la Delegación Palestina en una conferencia en los Países Bajos (llamada Conferencia de Cooperación Palestina y Neerlandesa). El objetivo de esta conferencia era apoyar los sectores industriales y tecnológicos en Palestina. La idea de la conferencia era externalizar algunos proyectos tecnológicos de las compañías neerlandesas a las compañías palestinas; de esta manera, se podía realizar a precios más bajos. Además, estuvimos hablando sobre la importación y exportación de productos industriales entre los países. Como soy ingeniero informático y estaba trabajando con el centro de solicitud de visados de los países pertenecientes a la zona Schengen en Gaza, me invitaron a formar parte de la Delegación Palestina.
Después de la conferencia, no pude volver a Palestina porque las fronteras estaban cerradas de nuevo. En consecuencia, perdí mi trabajo y tuve que quedarme con un amigo en los Países Bajos durante unas dos semanas y decidir qué iba a hacer. Después de estas dos semanas, me dirigí a Francia y me quedé con otro amigo y estuve reflexionando sobre seguir allí mis estudios de máster pero había un gran problema: al poseer el visado Schengen, no podía solicitar la residencia, así que decidí venir a España y solicité el asilo.
¿Por qué decidiste venir a España?
Decidí venir a España porque me encanta la cultura española y la sociedad española. Después de la guerra en Gaza, el cónsul español me llamó y comprobó que mi familia estaba bien y me preguntó si quería viajar a Gaza a relajarme y evadirme de toda la situación. Entonces, me dieron un visado Schengen para cien días pero no pude usarlo porque las fronteras seguían cerradas. Además, uno de mis compañeros de trabajo era de Sevilla y era una gran persona; de hecho, hoy en día es uno de mis mejores amigos. Me ayudó muchísimo cuando llegué a España y me presentó a mucha gente, aunque no estaba aquí porque ahora trabaja en Londres. Después de un tiempo, vino a Sevilla a visitarme y fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida: volverme a encontrar con uno de mis mejores amigos en este país.
¿Conoces cómo es la situación de los refugiados sirios? ¿Cómo podrías compararla a tu situación?
Todos los refugiados sirios han vivido el camino desde Siria de diferentes formas: algunos han llegado a través del mar y han muerto en el intento de buscar una nueva vida; no tengo mucha información sobre esto pero he visto algunas noticias en la televisión y en internet: la salvaguardia griega y turca algunas veces intentan hundir algunos botes que traen a muchas personas. Otra forma de llegada es pasar a través de Turquía hacia Europa. Como sabemos, la Unión Europea ha estado recibiendo muchos refugiados sirios. Algunos de ellos que se encuentran en España, me han contado sus historias y me han dicho que ha sido un camino muy difícil para escapar de Siria, dejando todas sus pertenencias y, algunas veces, algún miembro de su familia allí.
Con los refugiados sirios compartimos la historia de sufrimiento debido a un conflicto. Sin embargo, lo que está ocurriendo en Siria es un poco más diferente ya que la mayoría de las partes del conflicto son árabes y algunos de ellos están respaldados por otros países como Rusia y EE. UU. Estas personas han sido incitados a matarse entre ellos y estos es algo inhumano. El principal conflicto se bate entre el gobierno, los árabes y el Estado Islámico.
¿Cómo crees que se pueden resolver estos conflictos?
Cualquier conflicto se puede resolver simplemente hablando y buscar la solución más apropiada para todas las partes del mismo. Lo que está ocurriendo en Palestina es diferente: se trata de una ocupación ilegal a la tierra y las pertenencias de los palestinos. Esta ocupación comenzó en 1948 bajo la decisión del gobierno británico, quien prometió a los judíos otorgarles una zona en Palestina. Esto no tiene sentido. El área de Oriente Medio estaba ocupada por Gran Bretaña y eran los dirigentes de la tierra; pero no eran los propietarios. Así que, decidieron darles esta tierra perteneciente a Palestina, ignorando que en esta zona ya había gente viviendo; estas personas eran palestinos musulmanes, cristianos y judíos.
Como palestino musulmán, no tengo problemas con ningún judío porque estas tres religiones pertenecen y veneran al mismo dios. Compartimos casi todos los principios religiosos. Sin embargo, la gente que llegó a nuestra tierra era procedente de Europa, África y América; por tanto, no tenían nada en Palestina y llegaron matando a los palestinos y echándolos fuera de su país. Después de poco tiempo, fundaron su propio país y su propio gobierno, llamándolo Israel.
En mi opinión, el gobierno de Israel debe ser disuelto porque esta tierra pertenece a los palestinos y siempre seremos palestinos. Todos nosotros podemos vivir juntos y en paz sin conflictos.
¿Qué podrías decir a la gente para que sea consciente de esta situación?
En general, todos los refugiados no han tenido elección de quedarse o marcharse de su país; han sido forzados a abandonarlo para salvarse y, al dejar su país, han perdido sus casas, sus trabajos y todas sus pertenencias. Y, además, salir de un país tan destrozado es algo muy difícil para ellos porque cuando van a un país nuevo, como por ejemplo llegar aquí a un país europeo, no tienen nada. Esto es algo frustrante porque si no reciben una ayuda y apoyo temporal por parte de los gobiernos de los países europeos, no podrán desarrollarse en estos países y, además, se formará una mala comunidad porque, si son aceptados o no, ellos serán igualmente una parte de la comunidad. Y ayudarlos a desarrollarse aquí es mejor que ignorar su existencia porque, como he dicho anteriormente, si ignoramos la existencia de estas personas, se formará una comunidad sin esperanzas.
Como refugiado, estoy muy agradecido por la ayuda recibida por parte de los gobiernos de los países europeos. Y, personalmente, he recibido ayuda desde el momento en que solicité el asilo en España. Gracias a Dios, he sido aceptado en una de las universidades más prestigiosas aquí en Sevilla y voy a poder seguir mis estudios de máster y encontrar mi futuro. Y no soy el único caso aquí. Muchos de los refugiados tienen una buena educación; los que no están instruidos, poseen una gran experiencia laboral en industrias. Por lo tanto, ayudarlos a desarrollarse dentro de la sociedad los hará convertirse en una parte importante de la sociedad. Además, el país obtendrá beneficios por parte de ellos. No es solo una cuestión de dinero, sino también de cultura ya que estas personas tienen su propia cultura y pueden aportar muchas cosas a la cultura propia de esta sociedad.
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