Por José María Ortega
Sin duda todos los animales, plantas e insectos que forman parte de nuestros campos son totalmente necesarios para la vida, claro está que siempre hablando de nuestros ecosistemas puros y duros, tal cual, sin la intervención humana, esta ha dado lugar a que aparezcan animales, plantas e insectos que no pertenecen a nuestros campos y también y han provocado que los propios seres de nuestros montes no se encuentren en el número ideal, tanto para más, como para menos. Las plagas son consecuencia de la intervención humana y del desequilibrio que el hombre ha producido en los ecosistemas.
En nuestros campos la plaga más importante, es la Procesionaria, una oruga, que forma tupidos nidos como de sedas en los pinos, y que muy probablemente todos hayáis visto, como todas las plagas son muy perjudiciales, esta especialmente para la arboleda, concretamente para los pinos, y además hay que añadir, que la procesionaria en su fase larvaria están cubiertas de pelos urticantes que flotan en el aire y que pueden producir graves irritaciones en oídos, ojos y fosas nasales e importantes alergias, no sólo a los seres humanos si no también, al ganado y a los animales de compañía.
En el Andévalo, Francisco Volante, hace años, ha buscado como solucionar el problema de la seca de las encinas, decidió facilitarle a las aves insectívoras la anidación en su finca mediante nidos con forma de pequeñas casitas de madera que colgó por su dehesa, tras estudiar y ver quienes ocupaban las cajas y demostrar la repercusión positiva de su idea, fue desarrollando estas “casitas” hasta patentarlas con el nombre de cajas de biodiversidad.
Estas cajas son capaces de albergar nidos de aves insectívoras en su parte superior y a la misma vez pueden ser refugio de murciélagos, en su parte inferior done también poseen un orificio vertical y además, tiene también pequeñas ranuras para albergar otro azote de los insectos, las arañas.
Pero volvamos a la procesionaria y como estas cajas se han convertido en la forma natural de luchar contra ellas. Si bien el principal depredador de la procesionaria es el cuco, y evidentemente, este ave no puede poner sus huevos en estas cajas, se ha demostrado que si es atraído a las zonas donde las pequeñas aves insectívoras anida, por la ya conocida naturaleza de los cucos, de esta manera comenzamos la batalla contra ese gusano que además de crear daños en el pinar, puede ser peligroso para nosotros y nuestros animales domésticos.
La procesionaria cuando es mariposa, es un majar para los murciélagos que pueden dormitar en las cajas de biodiversidad y también estas mariposas puedes ser capturadas en las telarañas. Para la lucha nocturna de las mariposas de procesionarias, se ha demostrado también que es aconsejable poner en los pinares puntos de luz artificial, para que las mariposas sean atraídas por la luz y así capturadas por los murciélagos con mayor facilidad. Y no sólo el control es sobre la procesionaria, también los pájaros insectívoros, y murciélagos y arañas, pondrán a raya al barrenillo, un pequeño escarabajo que también es considerado plaga y que ataca a nuestra arboleda llegándola a secar por completo, y por supuesto capturarán a los molestos mosquitos y ayudarán a mantener ese equilibrio vital en los ecosistemas.
Una forma natural y positiva de luchar contra las plagas, siendo la misma naturaleza la que las controle, y una idea de un vecino de Villa nueva de las Cruces de la que ya muchos agricultores y ganaderos se están aprovechando.
Agradecimientos a David López.
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