Por Manuel Contreras
A las doce de la noche del día de hoy comenzará la Feria 2015, ya lucen a lo largo del Real los giraldillos, vuelven tras años del alumbrado municipal, algo que forman parte de las líneas de actuación del nuevo consistorio municipal, anunciadas, hace días, en la web del ayuntamiento. Y que intentan conseguir un doble objetivo, el del ahorro de recursos, lógico en tiempos de crisis, y la vuelta a la esencia de la fiesta. Sobre la medida habrá detractores y personas a las que les atraiga el cambio a lo clásico. El tiempo dirá si ha sido un éxito.
La fiesta ha tenido numerosos cambios desde sus inicios como feria ganadera hasta nuestros días. En sus primeros años el fin de la misma era la compraventa de ganado y la exposición del mismo en un ambiente lúdico y festivo. Por aquellos años, las piñatas, las carreras a caballo, las corridas de toros o el paseo en carrozas formaban parte de una fiesta eminentemente rural, y que con el paso del tiempo se ha convertido en un evento de carácter urbanita, que aunque guarda algo de aquello en sus actividades matinales, se ha convertido en una fiesta moderna en la noche.
En la evolución de la Feria, el fútbol, también tuvo su hueco, de hecho el partido del Calañas inauguraba de forma oficiosa las fiestas.
También el ambiente ha cambiado, nos recuerdan nuestros mayores, pues la gente esperaba con ganas unas de las pocas fechas de distracción y descanso de todo el años, era tiempo para lucir, si se podía, ropa nueva y pasear Real arriba. Hoy el "botellón" o la posibilidad de fiesta cada fin de semana, hace que la Feria se haya transformado, y que algunos calañeses elijan estas fechas para darse una escapada a otros lugares, huyendo del "siempre lo mismo" y excusándose en el ahorro.
Pero a pesar de que la verbena haya dejado paso al "reggaeton", y los farollillos a las luces LED y los neones, la Feria sigue conteniendo momentos únicos para los calañeses.
Elmorante les desea felices fiestas.
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