Por Alfonso Macías
...Estoy en Sotiel para ver como de nuevo con el corazón lleno de gozo y lagrimas en los ojos posáis a la Señora en su ermita y volvéis de nuevo a la rutina del día a día pero con Ella grabada en vuestras almas para poder soportar un año de espera...
El 17 de noviembre del año 1922 fue inscrita en el Registro Civil de Calañas en el tomo 56 página 93, una niña con el nombre de Rosario Borrero Tarrascusa, mi madre.
Desde chiquitito, la imagen de María Santísima de la Coronada ha estado ligada a mi vida y Ella ha estado siempre en mis rezos ya que mi madre se encargo de enseñarme a rezarle.
Pero mi devoción por vuestra Patrona se ha ido incrementando con el tiempo y sois vosotros los que con el amor que le profesáis los responsables que no solo en mí, sino el de muchos foráneos, la Virgen de la Coronada reine en nuestros corazones.
Recuerdo que siempre he asistido a vuestra Romería, principalmente a la “traída”, (un término que en Valverde da lugar a equívocos porque aquí por razones obvias es la llevada), iba en bicicleta a ver a la Chiquetita cuando era sacada de su ermita y observaba absorto el mimo con que la tratabais. Después comenzó mi amistad con Pedro Fernández y Pepe García y ahí empezó mi conocimiento del Amor que Calañas le tiene a su Madre.
Los charcos ya están soñando
Porque quieren reflejar
La carita de la Virgen
Cuando para Calañas se va..
Poco a poco fui conociendo más y más calañeses y calañesas que hoy en día son amigos con los que me siento muy a gusto y que también me han enseñado con su ejemplo a quererla y a rezarle porque junto a ellos, cuantas veces a Tus pies recé la Salve?. Cuando la Virgen llega a su pueblo es uno de esos momentos místicos que hay que vivir, ustedes lo sabéis, no voy a descubrir nada, pero todo el que lo vive como yo, repite porque su corazón se lo manda.
Casi nunca puedo asistir a los actos con la que la honráis, pero algunas veces he visto el rezo del Ángelus de los niños y me parece sobrecogedor como inculcáis en ellos la tradición y el amor a vuestra Reina.
La Procesión es otro de los momentos a los que asisto y como pueda no me perderé, es tan bonita la Virgen y él como la queréis, hace que sea algo que recomiendo a todos aquellos que no la conocen. Me gusta ver la Virgen a la salida de la Iglesia, por la calle la Fuente donde viven mis amigos los Cerrejón con su patio maravilloso, cuando bailan los Seises en la plazoleta, después la calle Colón donde vive mi amiga Belén, la cuesta del cautivo, plaza de la Virgen, calle quemada en casa de Rodrigo y Pepa, el llano la peana, calle poetisa Isabel Tejero en casa de Eva y de Rafa, calle Manefique y su visita el convento de María Auxiliadora, casa de Javier el Barbi con su excelente ensaladilla, después el matadero y la calle rincón que veo desde la terraza de la Barbera verdadera atalaya desde donde se aprecia la grandiosidad de la comitiva hasta llegar al momento cumbre, la llegada de nuevo a su Casa cuando la Virgen mecida por el corazón y los brazos de sus costaleros baila a los sones de Caridad del Guadalquivir y la puja del clavel. Siempre en las casas a las que estoy invitado me siento acogido y acompañado por esos amigos que como decía al principio me enseñan a quererla y a rezarle.
La Llevada, pocas veces puedo hacerla porque el trabajo y las obligaciones me lo impiden pero si estoy en Sotiel para ver como de nuevo con el corazón lleno de gozo y lagrimas en los ojos posáis a la Señora en su ermita y volvéis de nuevo a la rutina del día a día pero con Ella grabada en vuestras almas para poder soportar un año de espera.
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