Por Manuel Contreras
Crisis, What Crisis?
Este es el título de uno de los discos de Supertramp, en portada un tipo tomaba el sol con toalla y sombrilla ante un paisaje desolador, gris, lleno de polución y sin sol. Un mensaje optimista o desorientado según queramos verlo.
La actual crisis, la de los brotes verdes y los finales del túnel, la de la "champions" o el farolillo rojo, deja
entrever a una élite política que ha manejado mal los tiempos, ya no somos un país inocente, nos han curtido a base de bofetadas como para seguir cayendo en el discurso "markeniano" de obviar la realidad para hacer creer lo contrario a lo que ocurre. No es cierto que " una mentira dicha mil veces puede convertirse en verdad".
A mi se me escapa en esta oratoria pre-campaña de unos y otros, un desarrollo de ideas alejada del "y tú más" y el corto plazo. Es necesario para crear un proyecto tener claros los plazos, y en política, en esta política mercantilizada al voto, solo hay uno, el de los cuatro años. Sin embargo, las reformas que este país necesita son de tan profundo calado, que los plazos exigibles para su correcto funcionamiento se me antojan cercanos a la década; pongamos por ejemplo, la innovación y la investigación, para pasar de ser un país mediocre a ser líderes es preciso una gran inversión y tiempo, sí tiempo, el mismo que piden o pidieron para salir de la crisis, esta que niegan o han negado.
Han empobrecido al ciudadano para hacernos competitivos, sin embargo, el problema de España nunca ha sido el precio, ya vendíamos barato fuera, el problema era un sistema insostenible basado en el ladrillo, mercado sumamente interior, sector que a mi parecer debe ser minoritario, y no el motor. España debe hacerse fuerte mediante el uso de su mayor recurso hoy, la formación, y por ello hay que invertir en la generación de productos de alto valor añadido, ya sea por su calidad o por su innovación.
La ruptura del sistema educativo, ya deficitario hace años, y la incapacidad de crear un sistema bien enlazado entre la universidad y la industria, son parte del problema actual, amén de la carestía de la energía, sistema que ha sufrido un retroceso en su avance hacia energías renovables por presión de los lobbies.
Este ya es "un mundo feliz" como describió el autor británico Huxley, pero me niego a ser tan "Candido" (Voltaiere).
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