Alerta, ébola.

Ya denunciamos desde estas páginas la poca investigación llevada a cabo sobre el Ébola en los últimos años, de eso hará casi dos meses. Por entonces, el misionero español contagiado aún estaba vivo. Hoy, nos lamentamos profundamente de que además de la escasa investigación, las administraciones competentes han estado poco involucradas en el control de dicha enfermedad. De otro modo no se entiende que el personal sanitario no se haya controlado con medidas extremas, y que una enfermera esté contagiada.

El virus ébola se contagia a través de las secreciones biológicas, es decir, saliva, sudor, mucosidades, heces, orina, semen, secreciones vaginales y sangre, por lo que el contacto con las personas infectadas es clave para su propagación. A pesar de no transmitirse por el aire se considera como muy contagiosa, la OMS (organización Mundial de la Salud) le otorga el mayor nivel de alerta. Su tasa de mortalidad es del 90% en los enfermos que la sufren, muy superior a la mayoría de enfermedades, incluido gran parte de los cánceres.

A pesar de estos antecedentes, que podemos ver en la página oficial de la OMS, el gobierno español ha incumplido de forma sistemática los protocolos de actuación. Ya que tanto el centro médico, como el personal no estaban preparados para tratar a un enfermo de ébola. Ya fuera por falta de medios, como trajes de aislamiento de seguridad biologica nivel 4 para el personal médico o habitaciones que cumpliesen los requisitos de aislamiento máximo, o por falta de formación, los sindicatos médicos se quejaron en el día de ayer de que los cursos recibidos a penas duraron una hora, y que el personal que los impartió no eran expertos. 

Así las cosas, el mayor error atribuible al gobierno es el de no hacer un seguimiento diario al personal que estuvo en contacto con el misionero o incluso un aislamiento durante los 21 días siguientes, ya que con dicha cuarentena preventiva, se hubiera evitado la situación actual de contagio. Es más, dicho personal ni siquiera estaba en una base de datos específica, de modo que al mínimo síntoma, se pusieran en marcha las medidas pertinentes. Por ello la enfermera ha estada expuesta durante 10 días a otras personas, ha pasado por varios médicos por encontrarse enferma sin que se actuara consecuentemente e incluso hizo un examen para unas oposiciones con 1000 personas más. 

Por último, se ha tardado más de 24 horas en comenzar la desinfección de las zonas comunes del edificio en el que dicha enfermera vive. Un auténtico disparate consecuencia de los recortes y de inaptitud de las personas que están al frente. Supongo que por dignidad dimitirán, aunque se trate de una ministra imputada por el caso Gurtel.