Por: Javier Rodriguez
Javi tiene 26 años, es Diplomado en Educación Social por la Universidad de Huelva, además tiene realizado un grado superior en integración social por el IES La Orden de Huelva.
Tras vivir en Huelva durante estos años de formación, pasar un año de su carrera en Bari con una beca Erasmus, volvió a Calañas. Sin encontrar trabajo, ni su lugar, decidió marchar un día como tantos y tantos jóvenes de nuestro país hacen. Sin embargo Javier, en Londres, ha encontrado su sitio, su forma de vida. Él mismo nos cuenta su historia:
Mi viaje comenzó una vez terminada mi carrera. Yo estudié educación social en Huelva, y tras acabar mis estudios, después de varios meses de búsqueda fallida de trabajo, decidí irme a Londres, donde aterricé en Noviembre de 2012. No me fui con miedo, ni agobiado, sino con muchas ganas y mucha más ilusión, tenía ganas de trabajar, de lo que fuese, aparte de querer aprender el idioma, el inglés. Tengo que decir que llegué a Londres con cuatro nociones básicas, es decir, me comunicaba por gestos o por sonidos. Pero tan solo llevando un día en la capital inglesa me ofrecieron trabajo, de cocinero en un restaurante/pizzería brasileña, y todo gracias a mi amigo Borja, que conocía a la dueña, y ambos me dieron la primera oportunidad de trabajar en el Reino Unido, sin saber inglés, sin saber cocinar… y donde estuve trabajando alrededor de 9 meses. Gracias.
Fue Borja también quién me ayudó a buscar habitación, y acabé viviendo con una polaca, una francesa, una estona y dos neozelandeses, era imposible comunicarme con ellos, ninguno sabía español, pero fui aprendiendo el idioma, y me quedé viviendo con ellos bastantes meses, en los cuales fui conociendo gente, amigos, familia a día de hoy, me fui haciendo poco a poco con el idioma, con los ingleses, con la ciudad, con su comida… hasta que llegó el verano y decidí que quería cambiar, quería volverme a España y seguir estudiando.
Lo intenté y no lo conseguí, pasé en España dos meses y al ver que no podía estudiar, no conseguía plaza en ningún sitio, decidí volverme a Londres y retomarlo todo, pero empezando de cero.
Me volví a Londres con mi amigo Manu, acogidos en casa de una amiga mientras buscábamos piso y trabajo, y al fin, después de una semana u dos, ya teníamos ambos. Encontramos un piso en el este de Londres, con cuatro españoles más, hoy somos una familia, y comencé a trabajar de dependiente en la tienda más importante de ropa de deporte en Londres, SportsDirect.com, justo en Picadilly Circus, en el centro de Londres.
Yo, que no he hecho deporte en mi vida, y allí colocado asesorando a gente sobre calzado, y encima en inglés. Pero era un trabajo, y ganaba dinero. Después de varios meses ya se puede decir que soy casi un profesional en cuanto a la teoría se refiere, aunque quien me conoce sabe que yo de deporte, más bien poquito.
Ya se puede decir que llevo más de un año viviendo aquí, echando de menos a mi familia, a mis amigos, al sol, la comida, pasando dos navidades consecutivas lejos de los míos, perdiéndome muchas cosas por estar lejos, pero tengo que decir que me encanta vivir aquí, que he ganado muchas cosas también, que he ganado amigos increíbles, poco a poco voy ganándome el idioma, he ganado en madurez y lo más importante es que he logrado ser autosuficiente.
El vivir lejos, en otro país, otro idioma, prácticamente solo al principio ha hecho que sepa que soy capaz de lo que me proponga, que puedo si quiero, que todos podemos si nos lo proponemos, y todo esto, tengo que decir que ha sido gracias al apoyo que me ha dado mi familia y mis amigos por dejarme ir y a los amigos que he creado aquí por hacerme el camino más fácil, sin ellos hubiese sido todo más complicado.
No sé si volveré algún día para quedarme, no sé cuál será mi futuro, pero tengo claro que de momento no quiero moverme de aquí, que aparte de la comida basura, el mal tiempo constante, el ruido, el metro atestado de gente y lo caro que es todo a mí me gusta, siento que tomé la decisión acertada y quiero probar suerte, cuando por fin domine el idioma, en mi campo, trabajar en esta ciudad que tantas oportunidades me ha dado, donde abunda todo tipo de trabajo, donde la multiculturalidad es el día a día y donde yo quiero pasar mi futuro más próximo al menos.
Echo de menos Calañas y todo lo que ello conlleva, pero ya es hora de madurar y seguir mi camino.
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