Por José María Ortega López
Ya se lo conté a Diego en la Traida, que tenía intención de
hacerlo, y en la Procesión le dije que lo había hecho. Medir la distancia que
recorre la Virgen de Coronada el día de la Llevada, intentando ser lo más
exacto posible, esto incluía ir al asilo, entrar en el Paseo Nuevo, donde como
hace nuestra Virgen, fui puerta por puerta; les aseguro que eso no me resultó inconveniente alguno, todo lo contrario, navegar entre los bloque de la
barriada fue un precioso viaje a mi infancia, que llegó a hacerme tiritar de
emoción recordando los juegos y carreras que dimos por allí, mis amigos de
siempre y yo, hace ya cuarenta años.
Ya en Sotiel, también visité a la Virgen de España, para no
dejar atrás ni un sólo metro de los que hacen los costaleros con su Virgen a
hombros el día de vuelta a su ermita. Yo
realmente lo hice al revés, aprovechando que mi mujer tenía que ir a Valverde
me dejó en la ermita, y desde los soportales emprendí el camino, aunque os lo
contaré tal y como es el día de la Llevada.
La distancia que recorre la Coronada desde la iglesia, hasta
que llega a su ermita con todas las visitas antes comentadas es de 9.130
metros, como le comenté a Diego, me sorprendió ya que pensaba, un servidor, que
era algo menos. Lo cierto y verdad, es que cuando la Virgen llega al humilladero,
junto a la iglesia de los Santos Mártiles ya lleva recorrido más de kilómetro y
medio, exactamente 1.610 metros. El siguiente punto de medida lo establecí, cómo
no, en la Venta; cuando pasé por allí hace ya algunos días, las huellas
profundas de los tractores aún se dibujaban en el barro ya endurecido, sin
duda la tarde que escogí fue mejor que la que tuvimos en la Traida.
Cuando paramos en la Venta aún nos faltan por andar 6.200
metros. El camino, esta vez, es cuesta abajo y el desnivel desde la iglesia a
la Ermita es de 300 metros aproximadamente, desde luego, yo como humilde
colaborador de nuestros costaleros os aseguro que no es lo mismo subir las
curvas del topo que bajarlas. Antes de llegar a esas curvas, parada obligatoria
en la Cabeza del Toro, cuando nos tomemos un vasito de vino junto al risco
donde se bautizan los costaleros, aún nos quedarán por andar 4.030 metros. En el camino cuando lo haces solo,
tienes tiempo para pensar y mirar y volver a mirar. Lo que sin duda me llamó más la atención, fue la explosión de flores que hay en nuestros montes, si me
hubiesen dado un euro por cada flor de jara que vi, les aseguro que me hubiese
sacado una millonada.
Santiguándome en la cruz de Javier, volví a marcar otro de
los puntos de medida, cuando pasemos por este lugar el día de la Llevada nos
quedará todavía cerca de tres kilómetros, 2.910 metros para ser exactos. También
tomé como referencias el cruce del dique, desde allí aún nos esperan 2.150
metros y la entrada de Sotiel, donde se detiene la Virgen, y los costaleros se refrescan
en el pozo. Para el que piense, que cuando llegue a las primeras casas de
Sotiel, ya ha finalizado el viaje, le
recuerdo que aún le faltarán 1.800 metros.
Seguidamente cruzamos
Sotiel y visitamos a la Virgen de España. La Virgen entrará entre lágrimas en
su ermita, 9.130 metros como ya les dije, y como también les comenté yo el
viaje lo hice de Sotiel a Calañas, así que la recompensa final fue poderme
sentar en la iglesia y estar unos minutos mirando a la Virgen mientras, que sin
palabras, hablábamos de nuestras cosillas.
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