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Volviendo a Nacer

Publicado por : elmorante.es a : martes, 25 de marzo de 2014 0 comentarios
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Por María Isabel García Romero


La historia que en estas líneas recoge es en primera persona, el protagonista la redacta entre sollozos y el humo de un largo cigarro.


"Todo comienza cuando no eres capaz de afrontar los problemas, mi historia comienza en mi niñez. Siendo niño era feliz, vivía rodeado de mi familia y amigos en mi segundo pueblo, Calañas, hasta que un día, mis padres deciden irse a Barcelona, fue mi primer gran cambio, volver a empezar lejos de mi gente. Aunque allí encontré personas que me ayudaron a adaptarme, a veces lo que era un sueño, se convertía en pesadilla.
Fui creciendo en un hogar donde me sentía querido pero siempre volvía a mi tierra de vacaciones, allí en mi adolescencia, tuve mis primeras experiencias con el alcohol, quizás por no sentirme inferior a los demás e integrarme, como venia poco tiempo aprovechaba el tiempo mucho. Mi primer contacto con la droga fue una equivocación, te ofrecen algo que tú no sabes el daño que te puede hacer, ese fue mi primer contacto con ese mundo, con un mundo de falsa felicidad. Cada vez eran más las ocasiones que buscaba ese refugio en el cual no había problemas, no sabía afrontar los problemas, aparentando una falsa sonrisa, siempre estaba para los demás, pero olvidaba mis problemas, tenía amigos interesados en lo que tienes no en lo que vales, cada vez estaba más confundido, mentiras, rechazo a afrontar mi problema, eso me fue hundiendo cada vez más en un mundo de tinieblas donde mi única felicidad era el momento de desinhibirme del gran vacío que tenía al no saber afrontar mis dudas, mis miedos y tristezas. Poco a poco fui perdiendo gente sana que me quería tal y como era, y ganando amistades traicioneras, amistades que solo aparecían en los buenos momentos, perdí tanto que poco a poco perdía mi identidad y los valores que mis padres, abuelos, y amigos me fueron inculcando, echando por tierra mi vida y mi felicidad.

Lejos de mi familia y de mi tierra, vivía solo, hasta que un día me di cuenta de que esto tenía que cambiar, mi mundo se desvanecía, y me hice esta pregunta, ¿merece la pena vivir?, me sonaba raro, pero quería salir del mundo de las drogas, y estaba decidido a poner tierra de por medio con respecto a las drogas, solo no podía y eso lo sabía. Un día hice la maleta para volver cerca de los míos, dejando atrás mi infierno. Al poner mi pie en casa, pensé: he vuelto y ahora ME TOCA A MI. Decidí entonces hablar con mi prima Saray y contarle mi adicción a la cocaína, decido por mi solo llamar a PROYECTO HOMBRE, decidido a vivir llega mi primera entrevista, me abren las puertas y junto a ellos decido seguir adelante. Llega el momento de hablar con mis padres, ellos me sorprenden y sin mediar palabras con un simple “Estamos a tu lado hijo”, sentí un gran apoyo por su parte, mientras mis ojos se llenaban de lagrimas y mi corazón de felicidad.


El 22 de julio de 2013 llega el día de mi ingreso en el centro, son días duros donde se mezclan sentimientos de tristeza, miedo al fracaso, pero mi gente estaba a mi lado. Un mes sin salir fue suficiente para darme cuenta de que yo podía con esa lacra llamada droga. Poco a poco me fui conociendo más, y en los malos momentos allí estaban mis padres y toda la gente que en algún momento dejé de lado o simplemente no me di cuenta de que estaban ahí y que me querían. Cada vez más fuerte, sabía afrontar mis problemas, cada paso que daba era más feliz y más gente se sumaba a mi camino para ayudarme. Pasados seis meses pasé a comunidad, un gran paso, cambio mis lágrimas por sonrisas junto a los míos. Allí me enseñan día a día a ser más fuerte, ahora se darle nombre a los sentimientos, y aprecio cada momento que vivo. Hoy en día sigo recuperándome del mundo de las drogas pero estoy en el camino, hoy hace 8 meses que volví a nacer de un letargo que me tenía ciego. Mi futuro me depara sorpresas, malos momentos, problemas, pero ahora sé que hacer, cómo reaccionar y no esconderme en la falsa vida que te aporta la droga.


Me gustaría animar a las personas que siguen con el problema de la droga, desde aquí os digo que se puede. Lo primero es reconocer el problema y luego afrontar este camino, que sin duda es muy gratificante. Se puede vencer os lo digo de verdad, solo hay que decir BASTA. Gracias a todos por vuestro apoyo en mi lucha, ojalá a alguien le sirva para salir de ese mundo. Ahora soy feliz y vuelvo a ser yo, sin recurrir a la droga. Soy el que siempre fui FERNANDO CASTILLA y me recupero sin miedo a ser feliz.”

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