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Gonzalo y la verdad sobre el fandango de Calañas

Publicado por : elmorante.es a : viernes, 28 de marzo de 2014 0 comentarios
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Por Juan José García
Gonzalo Clavero. 

La palabra “fandango” aparece recogida por primera vez en el siglo XVIII como un canto arábigo-andaluz que podría estar influenciado por la zambra y las jarchas mozárabes. Desde entonces, han sido muchos los pueblos de Huelva que han aportado su particular versión de este estilo, como sello de identidad, dotándolo de diversas variantes tanto a modo de música como de letra.

Con respecto al  fandango Calañés es difícil aportar luz sobre sus orígenes y el momento que se dejó de cantar, debido a la ausencia de documentos de la época que lo atestigüen.  Y su música hubiera sido pasto del olvido de no ser por unas anotaciones de “Juan Calañas”, rescatadas a su vez, por su hija Lorenza Barrero, que, sumándose a una partitura conservada por nuestra ilustre poetisa Isabel Tejero, devolverían a la luz la esencia de nuestro fandango más antiguo.  Ésto sucedió en 1977 y tan solo tres años más tarde “El Cabrero” lo popularizó a nivel nacional, no sin antes hacerle unas ligeras variaciones en su comienzo y final, dejando el toque personal que todo gran artista acaba imponiendo.
Portada del disco del Cabrero que popularizó nuestro fandango.

 La música del famoso “Calaña ya no es Calaña” corresponde al fandango más antiguo que conservamos; pero al buscar  información en muchos medios, vemos un gran error cuando se le atribuye así  al que en realidad fue creado en los años 80 por nuestro irrepetible cantaor y guitarrista Gonzalo Clavero.

 Un error derivado de la falta de información de algunos flamencólogos y productores musicales, que de esta manera lo han difundido en las antologías flamencas donde se hace referencia. Perpetuando un engaño por el que, a día de hoy, se sigue sin reconocer la autoría de nuestro célebre vecino, el cual podría reclamar con todo derecho el que se haya editado y vendido su música sin su permiso, algo que no ha sucedido, ya que el propio autor no le da importancia, haciendo gala de la humildad que lo caracteriza.


 En este punto debemos señalar que hasta una parte de la propia Calañas, contagiada por la ignorancia de los medios, también nombran de “fandango antiguo”, al que en realidad es todo lo contrario. Aunque si es cierto, desde mi humilde manera de sentirlo, que aun siendo más nuevo, el estilo creado por Gonzalo tiene un sabor más puro y añejo, que puede hacer que la confusión a veces sea casi justificada.


Gonzalo Clavero y Paco Cruzado, explicando e interpretando los fandangos de Calañas.


 Calañas tiene el privilegio de contar con una referencia obligada en la huella del flamenco, cuya fuente de sabiduría, que nada tiene que envidiarle a muchos de los apodados como “flamencólogos”, siempre ha manado de manera altruista, tanto para el que quería iniciarse, como para el artista consagrado.
 No son muchos los que pueden presumir de aportar un conocimiento tan amplio sobre este arte, a la par de cantarlo y acompañarlo con la guitarra, y haciendo de su nombre uno de los más solicitados, tanto para ejercer de jurado en importantes concursos de cante, como para ser homenajeado por distintas asociaciones y peñas flamencas, incluyendo la propia de Huelva. 

 Junto con la guitarra de Paco Cruzado y el cantaor José “Sánchez”, pertenece a una irrepetible generación de Calañeses, que no solo defendieron y defienden con maestría este arte, sino que le han aportado su propia identidad.

 La semana pasada me mostró el borrador de un libro que acaba de finalizar sobre su conocimiento en la materia, y me gustaría aprovechar la ocasión para animar a todos los organismos interesados, como asociaciones, peñas, o particulares aficionados a que podamos colaborar, en la medida de lo posible para su necesaria publicación, ya que supone parte de nuestro patrimonio, en este caso etnográfico, que no debemos permitir que caiga en el olvido. Encontrándose en él piezas que han sido transmitidas de generación en generación, como también hizo antes su abuelo “Tio Manuel Colorao”, otro de los grandes aficionados que ha dado nuestra tierra.

Borrador del libro de flamenco escrito por Gonzalo. 



Por suerte, el fandango en Calañas sigue gozando de buena salud gracias a su peña y a los buenos aficionados que mantienen vivo su espíritu. Algunos como “Maestrillo”, tiene en su haber uno de los premios más importantes en este estilo,  como es el Certamen Nacional de Fandangos “Paco Toronjo” de Alosno.
Igualmente, hace poco también se publicó el libro Fandanguillos de “Miguel el Tacón”, como homenaje póstumo a uno de los Calañeses que más letras nos ha regalado, y de quien tengo el orgullo de compartir su sangre.

 Y otra buena noticia es saber que Calañas volverá a acoger este año el concurso de fandangos, que antiguamente se celebraba gracias a una iniciativa del Ayuntamiento, la cual dará alas a un cante que define como ninguno nuestra historia y presente. Invocado tanto para los encuentros entre amigos, como para esas noches de ronda que se perdieron, donde se le cantaba a ese amor que se resistía tras la ventana. 

 El fandango es parte de Calañas de la misma manera que Calañas ha sido parte de la historia del fandango; dos vocablos que cuando se unen conjugan un solo nombre, el de Gonzalo Clavero.

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