Por: Manuel Contreras Acuña (elmorante.es, contranatura)
La causa de la mortandad de las palmeras (la palmera canaria Phoenix canariensis, la palmera datilera, Phoenix dactylifera; Phoenix
robellini y en palmeras del género Washingtonia)
en nuestra zona es la gestación larvaria del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus). Las larvas de este coleóptero rojizo hacen
largos túneles, que les permite refugiarse del frio; gracias a que las
levaduras (Candida) naturales
existentes en las zonas dañadas crea unas condiciones térmicas óptimas para su
gestación (Mycoscience
(2010) 51:215–223);
y de los depredadores.
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Foto de fases de Picudo Rojo. Journal of Cultural Heritage 14S (2013) 177–182
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Según informa la Junta de Andalucía, la primera constancia de esta especie invasora es de 1993, en
Almuñécar. Originaria de Asia tropical se estima que la importación de palmeras
pudo ser la causa de las primeras infestaciones.
Hay que tener en cuenta la biología de este insecto, que consta, como en muchos otros insectos de
cuatro fases o etapas. La hembra del picudo deposita entre 300 y 500 huevos en
orificios que ella crea en la palmera, o bien, aprovechando heridas o hendiduras
del propio árbol. En su segunda fase, el picudo, ya formado como larva cava
túneles, gracias a sus fuertes mandíbulas y transcurridos alrededor de 100 días
se envuelven en las fibras de las palmeras, formando cogollos, de modo que permite que se produzca la metamorfosis a pupa (que
constituye la tercera fase). Como pupa
el picudo está entre 15 y 30 días antes de convertirse en adulto, dependiendo
de la temperatura ambiente.
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De izquierda a derecha: Cogollos de larvas, palmera muerta por picudo y túneles de picudos en un tocón de palmera. |
Como se puede ver en el mapa confeccionado por el ministerio de Medio ambiente,
Calañas y el Andévalo son ya zona afectada o de alto riesgo.
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Mapa de la distribucción del picudo rojo en Andalucía. |
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Foto de trampas pasivas |
Es por ello que se necesita de la puesta en marcha de diferentes procedimientos de control contra
la plaga.
La Junta de Andalucía ha confeccionado una guía para la lucha y el control de este insecto en ella se recomienda el uso de nematodos entre
los meses de Octubre y Mayo, y de plaguicidas autorizados en los meses de Junio
a Septiembre. Además del uso de trampeo masivo como medida pasiva durante todo
el año.
Este tipo de actuaciones se vienen realizando desde hace años en Arabia Saudí, así un
reciente estudio científico (Crop
Protection 53 (2013) 152-160) efectuado en una amplia zona afectada por
picudo demuestra que el uso combinado de feromonas, plaguicidas y el corte de
las palmeras muertas, disminuye entre un 65 % y un 91 % el impacto del insecto
en las palmeras.
La lucha biológica
parece ser muy eficaz en la lucha contra la dispersión de este insecto, más
allá, de las técnicas pasivas de captura, la tala de palmeras afectadas o el
uso químico convencional mediante plaguicidas.
De hecho la Junta de
Andalucía ya recomienda la lucha con nematodos, concretamente Steinnenema carpocapsae, el cuál infecta
al picudo en su fase larvaria y de pupa, en 48 horas, y es capaz de regenerarse
posteriormente y continuar con la infección.
Otros dos tipos de
lucha biológicas, muy novedosos, y fruto de la investigación de los últimos
años son los desarrollados en Italia y Valencia: En el primero, se demuestra una enorme
eficacia en el control del picudo haciendo uso de una bacteria (Bacillus thurigiensis), que ataca al
sistema inmunológico de las larvas del picudo rojo, matando la mayoría de las
células defensivas y generando una septicemia (infección mortal) en las mismas
(Journal of Invertebrate
Pathology 106 (2011) 360–365)), por
su parte, los grupos de investigadores Valencianos de la Universidad Jaume I,
en colaboración con la Universidad de Córdoba, han sido capaces de desarrollar
una cepa de Beauveria bussiana (Ascomyta: clavicipitaceae), un hongo
capaz de afectar a los cuatro estadios del picudo (huevo, larva, pupa y
adulto), provocando una alta mortandad por cada mililitro aplicado. Además esta
cepa es capaz de transmitirse entre adultos, baja la fertilidad de los mismos
en caso de no matarlos en un 63 % y evita la eclosión de las puestas de las
hembras afectadas en un 33%, por lo que parece un método más eficaz que los
anteriores.
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Foto de la sonda para la detección bioacústica |
Otro
método de remediación novedoso es el desarrollado por la Universidad de Almería
y Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) (Crop Protection 29
(2010) 671-676), el cual consiste, en el uso de ondas
sonoras de 2250 Hz, para la detección de las larvas en los túneles. Las ondas a
esa frecuencia son específicas para el insecto y por tanto no existen
interferencias. Dicha técnica puede ser muy útil para la detección temprana, ya
que es sensible a unos pocos individuos.
Por último, y quizás el
más sorprendente hallazgo de todos, es el de un compuesto químico presente en
la hembra del picudo, la aspidofractinina-3-metanol, descubierta por un grupo
de investigación de Arabia Saudí, este compuesto es un reconocido
anti-cancerígeno, y podría ser usado
como sustituto a la vincristina, en los casos en los que los tumores sean
resistentes a ésta última (Saudi
Journal of Biological Sciences (2013))
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