Por: Fernando Romero Cordobés (elmorante, articulo 19)
El poeta Tennyson arrancó, en sus versos, una flor
para comprender los secretos de la naturaleza; y Goethe caminó hacia otra
travesía: “Sentí deseo de cortarla, pero me dijo suavemente: ¿deseas que
marchite y muera?”. Existen instantáneas en la vida que desvelan un comportamiento
diverso sobre un contexto similar. No es un adagio al ‘tener o ser’ de Erich
Fromm, sino la constancia de multitud de elecciones. El capitalismo y su
relación con la naturaleza ha convertida a ésta en “productos muertos a causa
de intereses privados” -explica el escritorWalden Bello-, pero existe otra
semilla en la recampesinización que abre una simbiosis diferente. Ni mejor ni
peor, es otra forma de relacionarse con el medioambiente, con otras reglas y
sin cadenas externas.
El sol despierta en Curpahuasi (Perú) esa otra concepción
alejada de la cuenta de resultados de las grandes multinacionales. ¿Existe
rentabilidad? Sí, pero cuantifica otros números. Mejora de la calidad de vida,
salubridad, florecimiento de la educación, igualdad... La agroecología vertebra
una red de conexiones en la transformación social de la población de Huascaro
Patis. Este cambio también tiene un comienzo; ese aleteo que desemboca en el
vuelo de la renovación.
La ong Madre Coraje, a través de Ceproder, batió las alas de
la comunidad a través de diferentes capacitaciones. El objeto: convertir en
actores de esa metamorfosis a los propios comuneros mediante el conocimiento.
La solidaridad del lado de acá o de allá, -o quizás, y mejor, no exista esa
división en lados-, brotó en una transformación a veces inconcebible en la
lejanía del perceptor.
Los comuneros tomaron las riendas de su futuro. Pasaron de
una malnutrición a una alimentación equilibrada, con la introducción del riego
tecnificado y de nuevos cultivos. En el pretérito sólo aparecían el trigo, la
cebada o elmaíz como el pan de cada día. Eso reproducía enfermedades por la
carencia de otros nutrientes, problemas y falta de concentración
intelectual. “Nuestros ancestros plantaban esos cultivos y nosotros
reproducíamos sus enseñanzas”, explicaron los comuneros. No obstante,
los primeros efectos de las cursos de capacitación abrieron nuevos caminos.
Comenzó la diversificación: patatas, hortalizas, taras, paltas (aguacate),
limoneros, naranjos y otros frutales crearon un calendario agrícola más
extenso. En cada época del año florecía un cultivo y eso favorecía un comercio
local generador de ingresos en la economía familiar y de una mayor amplitud en
la dieta alimenticia.
De la aportación solidaria de la ong Madre Coraje, el impulso
de Ceproder como agente local, la financiación de distintas administraciones
españolas y del propio esfuerzo de los comuneros, apareció el riego
tecnificado, es decir, mediante aspersión. Éste facilitó un empleo más
eficiente de los recursos hídricos. Esta mejora técnica “es el eje
principal para trabajar en la chacra y lo hacemos por sectores para aprovechar
aún más el agua”, explica el presidente comunal de Huascaro Patis,
Crisólogo Escalante.
En la falda de la montaña, “antes un desierto”,
emergieron pequeñas huertas con el riego. “Cada comunero tiene
chacras (huertas) que han pasado de generación en generación, pero antes no
había ninguna producción”, explica Crisólogo Escalante.
Desde el sacrificio y esfuerzo de cada comunero florecería
su desarrollo en forma de distintas plantaciones, al amparo de la llegada de la
tecnificación del riego. “Madre Coraje ha sido el impulso de nuestro
cambio. Sin ellos no seríamos lo que somos”, aseveró el presidente
comunal.
SEMBRANDO IGUALDAD
Madre soltera
-“porque mi marido era un borracho”- y con tres hijos, Luzmila Gómez recogió la
enseñanza y la convirtió en futuro. Es una de las mujeres de Huascaro Patis que
ha hecho de la agricultura la fuente de su independencia. “La
calidad de vida ha mejorado muchísimo en estos últimos años”, desveló
con una palta entre sus manos y una tierna mirada hacia esa fruta.
Manos anudadas en el trabajo agrícola y unos ojos que se encuentran con el
recuerdo de media década. Es entonces cuando brotan los paralelismos entre el
ayer y el hoy. “Ahora los niños ganan peso y estatura. ¿Por qué?
Pues gracias a la ayuda de España, que nos ha enseñado a cultivar nuevas
plantaciones y eso ha permitido alimentar mejor a nuestros hijos”,
confiesa emocionada Luzmila.
Muchas mujeres de la comunidad de Huascaro Patis han hecho
de la agricultura su forma de vida. Este hecho ha labrado su independencia
económica del hombre. Las tareas agrícolas ya no se entienden mediante el
enfoque machista de una tarea exclusiva del sexo masculino. Ahora se siembra igualdad
de género.
Es tanta la trascendencia de los proyectos de cooperación
que la ignorancia y el desconocimiento provocan roche (vergüenza) al
entrevistador. Más de 300 plantones de palta abrigados por la tierra, con el
trabajo de sus propias manos. Cada gota de esfuerzo tenía una clara
recompensa: “Éste es el futuro de mis hijos. La solución para que no
pasen hambre”, aseveró Luzmila Gómez.
Esta comunera acudió a cada capacitación con una
sombra. “Soy analfabeta”, explica. Pero no fue estigma ni
perjuicio. Su atención, su compromiso, apartaron cualquier prejuicio y
comprendió cómo tratar a la tierra, como ofrecerle su agua, injertar las
plantas... Y fue versada en agricultura como tantas mujeres de acá, de Huascaro
Patis. Rompieron con su pasado y labraron un futuro como protagonistas de su
cambio. Lograron mayores cotas de igualdad al compás de una mejora en sus
ingresos económicos; labrados éstos en la ‘pacha’ (tierra, en quechua).
Sembraron con la educación y el conocimiento un vergel de progresiva independencia.
Huascaro Patis ha labrado una economía agrícola basada en la
cooperación; que se olvida de unos pocos para a servir a la mayoría. Igualdad,
solidaridad y comunidad son ahora sus frutos.
NOTICIA VINCULADA- Umberto Mendoza: “Lloro de felicidad
al ver mis árboles florecidos”
Agarro su hombro como si fuera un resorte de empatía
a su tristeza. La equivocación fue alboroto del corazón. “No estoy
triste. Estoy llorando de felicidad al ver mis árboles florecidos”. Del
acantilado de sus facciones brotaban lágrimas de alegría; muestras acuosas de
agradecimiento. El agricultor Umberto Mendoza secaba su llanto con un abrazo
compartido. Un gesto cincelado en la memoria con carácter indeleble. Es ejemplo
de la transformación generada por la solidaridad del ciudadano. Sobran
palabras.
Los proyectos de la ong Madre Coraje han generado una nueva
fisonomía natural en la comunidad de Huascaro Patis. Umberto enseña ese cambio
a través de sus árboles frutales: ciruelos, manzanos, naranjos, duraznos
(melocotoneros), paltos... El riego tecnificado ha propiciado el
aprovechamiento de los cultivos, con una optimización de los recursos
hídricos. “Antes regábamos por inundación a través de un canal
rústico. Esta técnica era muy poco productiva. Sin embargo, ahora ya producimos
suficiente para nuestra alimentación. Eso se lo debemos a la introducción del
riego por aspersión, que también ha posibilitado acá la fruticultura”,
explicó Umberto. Verduras y hortalizas decoran la parte superior de la chacra,
o huerta, “antes no podíamos sembrar este tipo de alimentos”,
puntualizó el comunero Umberto. Las anquilosadas técnicas de riego marchitaban
el florecimiento de nuevos cultivos. Es entonces cuando la conversación viró
hacia la importancia del conocimiento. “Antes no conocíamos cómo
mejorar o ampliar los cultivos. La capacitación obtenida también ha sido clave
para nuestra mejora. El agradecimiento es inmenso. Hemos logrado despertar y
abrir la mente con la ayuda de su país. Por favor explícalo allá, que no nos
abandonen”, rogó el propio Umberto Mendoza.
Este comunero, dibujado en el recuerdo con lágrimas de
felicidad, es otra de las historias que jalonan los sentimientos y muestran la
trascendencia, el impacto, de una acción solidaria, que nace acá y desemboca
allá.
fernandoromero.diariodehuelva.es
Fernando Romero, Licenciado
en Periodismo en la Facultad de
Comunicación de Sevilla (2002). Redactor de Cultura en ABC de Sevilla y de la
revista Urbana 7, Redactor en Huelva Información, Odiel Información y El Periódico
de Huelva. Director de la revista Saltés. Presentador y guionista del programa
de televisión Hecho en Huelva. Actualmente es colaborador del Diario de Huelva
mediante el blog Artículo 19 (fernandoromero.diariodehuelva.es). También ha
sido premiado con el Primer Accésit en el Premio Nacional de Periodismo
Sostenible (2012) por el reportaje La transformación social del agua, elaborado
dentro de un serial de reportajes sobre Perú.
Fernando, es un comprometido
periodista, que pese a su juventud tiene una dilatada experiencia. Aunque
alejado por un tiempo de España se presta a dar su visión sobre los temas que
nos son comunes, tanto a los calañeses como a otros. Su último reportaje sobre
la donación de médula, es una muestra sobre su capacidad de mostrar la realidad
que a todos nos interesa, dicho reportaje ha recibido, nada más, y nada menos,
que 5.000 visitas.
De él sólo podemos tener buenas
palabras, es un tipo que siempre te atiende con una sonrisa y que pese a su
compromiso social, reniega del oscurantismo y el pesimismo en el que se ha
instalado nuestra sociedad.
Sin dudarlo, Fernando, nos dijo
que quería colaborar en lo posible, nunca nos pidió nada a cambio, pues nuestro
objetivo, también lo es suyo, hacer periodismo independiente.
Dentro de la conformación del
grupo de gente que va a trabajar en elmorante.es la diversidad tanto de
ideologías como de campos es fundamental. Todo el mundo tiene cabida en este
nuevo periódico siempre que trate los temas con veracidad y respeto. Y sin duda
que Fernando lo cumple con creces.
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